
Hoy empecé mi carrera universitaria. En realidad empecé el año pasado, pero hoy fue el primer día fuera de CBC y toda esa cosa que no se puede calificar como carrera. Estoy oficialmente en primer año.
Como muy acertadamente me dijo hoy Juli, empieza la guerra. Una guerra sin cuartel (?), que todos queremos ganar. Sí, todos... la UBA (es como un ente, no es una sola persona ni muchas. La UBA es un ente por sí mismo.. ya me explayaré en otra entrada) también quiere que ganemos, pero nos la va a hacer pelear. Hoy mientras volvía en el bondi pensaba "las carreras son como un hijo"... paso a explicar porqué: te dan sobresaltos, miedos, te cuestan trabajo, mucho esfuerzo.. te quitan horas de sueño, salen mucha plata, te mantienen preocupada, te hacen llorar.. pero la recompensa es inigualable. Los "beneficios" -the good part- es increíble. No sólo tenés la salida laboral que en teoría querés, sino que sentís esa cosa increíble de estar haciendo algo que de verdad te gusta, a la que le ponés todo de vos (algunos más, otros menos).
Esa sensación que tuve hoy de salir de mi primer clase y sentir "esto me encanta", tener una sonrisa de oreja a oreja porque sabés que estás en el lugar y momento indicado. Que de pronto no importa que tu primer clase te la hayan pospuesto y hayas esperado dos horas al pedo para llegar a tu próxima clase. No importan esos dos años que no estudiaste nada además de inglés para entrar a una carrera que te rebotó en el examen de ingreso. De pronto no importa que tu profesora te haga dar cuenta que vas a estar hasta las manos por anotarte a cuatro materias heavy el primer cuatrimestre. De repente no importa nada de eso, porque después de una hora y media durmiéndote en el bondi, estás en la sede que te tocó, estudiando la carrera que querés y que te gusta. Y cada materia que te explican o te cuentan de que se trata, te encanta. Ya no pensás "que bajón, tengo que meter esta..". Ahora es más. Quiero más.
No conocía la sede, nunca había ido. Y hoy fui.. me manejé perfectamente, encontré las aulas rápido, los baños, el dpto de alumnos.. y algo de lo más importante: la cafetería. En momentos de crisis (o de relax porqué no), es necesario irse a la cafetería de la facultad. Un café soluciona todo. Nervios pre y post-parcial, sueño, enojo por paros no avisados, todo todo. Y pensar que si todo sigue sin cambios bruscos, esa sede será mi segundo hogar por más de cuatro años.
A todo esto, el año que viene tengo pensado muy seriamente rendir el examen de ingreso de nuevo (third time's a charm) al Lenguas. Pienso prepararme debidamente y rendirlo y entrar. Y rendir materias de a poco. Me llevará más tiempo, pero voy ser traductora de inglés mierda. No es un deseo, es una decisión. No me importa cuantos intentos me lleve. Sin embargo en Ciencias de la comunicación encontré algo que me sorprendió. Al igual que el traductorado, me apasiona. Me gusta, me fascina, me interesa. No pienso abandonar si entro al Lenguas. Veré como hago.
Hoy de hecho hablando con mi profesora de Taller de expresión (la cual es todo lo que esperaba, y más) me dijo algo que me cerró todo lo que tenía en mente: mi gusto y mi interés por los idiomás, el traductorado de inglés, y comunicación son como una dicotomía un poco extraña, que tiene relación entre sí pero a la vez son cosas que apuntan a algo muy distinto respecto a la otra. Sin embargo esa dicotomía y esa mezcla soy yo. Es mi originalidad por decirlo de una manera, es mi personalidad y mi manera de interpretar lo que me pueden llegar a enseñar. Mi opción a la hora de usar los conocimientos.
La cuestión es que hoy me sorprendí a mí misma, saliendo de ahí con una sonrisa en la cara y pensando "quiero volver".
Sé que voy a putear, y voy a llorar, y voy a quejarme en épocas de parciales, finales and what not. Pero lo vale.
(pd: parece la entrada a un garage hecho mierda, empapelado por zurditos.. pero no. Es la entrada por Ramos Mejía a la sede de Sociales ♥)
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